miércoles, 24 de octubre de 2012

altisonantes

Si alguna vez lee esta lejana nota, me gustaría que Atuesta Mindiola me confirmara la deuda estética que tienen los decimeros con Gabriel Escorcia Gravini, aunque sus temáticas sean diferentes. Desde muy joven había yo admirado al autor de 'La Gran miseria humana' y a los decimeros, y los había defendido a capa y espada de los críticos que una y otra vez los acusaban de rimbombantes, grandilocuentes y ampulosos. Para mí, Escorcia fue siempre un solitario amanuense de desdichas, a quien yo había leído en voz alta en noches antiguas de desvelo saturadas de angustia etílica. Inclusive pensé que una ilustrísima poeta con voz autorizada en materia de crítica literaria, Gloria Cepeda Vargas, se refería a los decimeros y a Escorcia indirectamente al afirmar que "La lírica latinoamericana revienta de vocablos altisonantes". La sentencia aparecía en un excelente artículo suyo sobre el Tuerto López. Alarmado, enseguida le escribí casi protestando y cuestionando a la ilustre escritora, afanándola con la exigencia de que me dijera entonces cómo juzgaba ella la poesía popular, como la de los decimeros o 'La Gran Miseria Humana', mi favorita desde niño, cuando se trata de recuperar el aliento para sentir con hondura sencillamente humana.





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